Manuel Marrero, el ministro cubano que más tiempo ha permanecido en su cargo, se convirtió este sábado en la mano derecha del presidente Miguel Díaz-Canel al ser designado primer ministro, un cargo eliminado hace más de 40 años y recuperado ahora por la nueva Constitución.
El hasta ahora titular de Turismo, de 56 años, fue el único candidato propuesto por Díaz-Canel ante el Parlamento. Su nombramiento tomó por sorpresa y desbarató todas las quinielas, donde ni siquiera aparecía como posible aspirante al puesto, creado para descargar al jefe de Estado de funciones ejecutivas internas.
Arquitecto de profesión, el veterano funcionario es uno de los pocos “sobrevivientes” de larga data en las altas esferas del Ejecutivo cubano y el único ministro de la Revolución que ha visto pasar a tres presidentes diferentes.
Elegido por el fallecido Fidel Castro en 2004, Marrero fue ratificado por Raúl Castro cuando relevó a su hermano mayor en la presidencia (2006-2018), y luego por Miguel Díaz-Canel cuando éste asumió la jefatura del Estado en abril de 2018.
Díaz-Canel resaltó su “honestidad, capacidad de trabajo y fidelidad al Partido (Comunista, único legal) y a la Revolución”, al proponer su candidatura ante el Parlamento, que la aprobó por unanimidad.
El mandatario cubano también destacó la “rica experiencia en negociación con contrapartes extranjeras” y su gestión acertada al frente de la cartera de Turismo, sector considerado el motor de la economía cubana y la segunda fuente de ingresos para la isla, solo detrás de la exportación de servicios profesionales.
En ese sector desde 1990, Marrero comenzó a ascender poco a poco desde la base, como el propio Díaz-Canel. Pasó de ser gestor de las inversiones del grupo militar Gaviota en la construcción de hoteles en la provincia de Holguín (este), a dirigir instalaciones turísticas estatales en Varadero, el principal polo de sol y playa del país.
En 1999 fue nombrado vicepresidente de Gaviota y dos años después ya dirigía la cadena, una de las entidades más importantes del todopoderoso conglomerado militar Gaesa.
Carismático, elocuente y accesible, Marrero tiene una presencia frecuente en los medios de comunicación de la isla -todos estatales-, algo poco usual para un ministro cubano.
Etapa de deshielo con EEUU
Durante su gestión se produjo el “boom” del turismo cubano en coincidencia con el “deshielo” con EEUU, que entre 2015 y 2016 trajo al país caribeño a miles de estadounidenses, curiosos por conocer la otrora isla prohibida.
Tras el viraje en la política de Washington hacia la isla, el endurecimiento de las restricciones de viajes y las nuevas medidas dirigidas a dañar el turismo cubano, Marrero se encargó él mismo de liderar las delegaciones del país a eventos y ferias para promover el destino Cuba por todo el mundo.
Como el resto de los altos cargos cubanos, que acostumbran a mostrar su cara profesional sin dar demasiados detalles personales, mantiene su vida privada alejada de los focos. Es diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) por el municipio de Gibara, en Holguín, y miembro del Partido Comunista de Cuba.
Su experiencia y conocimiento del sistema desde dentro le servirán al veterano funcionario en su nuevo cargo de representante del Gobierno encargado de coordinar el Consejo de Ministros y de gestionar las cuestiones internas del país en nombre del presidente.