El opositor cubano José Daniel Ferrer se ha manifestado este viernes tras su excarcelación reafirmando su “lucha contra la tiranía” en Cuba.
“Gracias a todos los amigos solidarios sigo aún con vida y con más energías que nunca para ampliar la lucha contra la tiranía”, ha indicado mediante su cuenta en la red social Twitter, al tiempo que ha agregado “¡Abajo Raúl y Canel!”, refiriéndose a Raúl Castro y al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel. “¡Viva Cuba Libre!”, ha proclamado.
El opositor, que será puesto bajo arresto domiciliario, permanecía en prisión desde hacía seis meses por delitos de lesiones y privación de libertad. “Seis meses en una tumba sucia y fría en una horrible prisión”, según sus palabras.
Ferrer, uno de los rostros más conocidos de la oposición cubana, ha sido liberado junto a los tres acusados que fueron detenidos junto a él el pasado 1 de octubre de 2019: José Pupo, Fernando González y Roilán Zárraga.
“La justicia siempre es una victoria para cualquier Estado y para todos sus ciudadanos. Nos conmueve poder volver a ver a esos grandes demócratas libres. Bravo por la Unión Europea”, han manifestado desde Cuban Prisioners Defenders, una ONG que ha achacado la decisión a la presión ejercida por la Unión Europea.
Javier Larrondo, presidente de la ONG y representante europeo de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), de la que Ferrer es líder, ha explicado que todavía “desconocen la sentencia” –prevista para el pasado 12 de marzo– y ha achacado el retraso en la emisión de la misma al “juego del régimen” que, en su opinión, ha querido “alimentarlo bien para sacarlo más decentemente a la calle”.
El juicio contra Ferrer se desarrolló en una única jornada de más de trece horas que transcurrió a puerta cerrada, con la sola presencia de un periodista. Incluso a “diplomáticos que intentaron entrar en la sala” se les negó el acceso y “personas que quisieron asistir fueron detenidas antes”, tal y como asegura la ONG.
EL CASO DE FERRER
El disidente ya había sido detenido anteriormente en 2003 por participar en el Proyecto Varela, ideado por Oswaldo Payá para conseguir por la vía de la iniciativa popular cambios legales que propiciaran una apertura política en Cuba, y condenado a 25 años de prisión.
El jefe de la UNPACU fue el último de los 75 detenidos en esa época en ser liberado. La mayoría aceptaron abandonar Cuba, hacia Estados Unidos o Europa, a cambio de su excarcelación, gracias a la mediación de la Iglesia Católica y del Gobierno español. Doce, incluido Ferrer, se negaron a aceptar lo que consideraban un exilio forzado, por lo que su salida de prisión llegó más tarde, en su caso en 2011.
Desde su “presunta liberación”, “que no fue tal porque se ha realizado con la pena vigente y la amenaza constante de volver a prisión”, según Cuban Prisoners Defenders, Ferrer ha sido detenido más de cien veces aunque sin cargos. Esto arroja una media de una vez al mes desde hace ocho años, “la mayoría de forma extremadamente violenta, con golpizas brutales, amenazas y asaltos a su casa”, tal y como ha denunciado en reiteradas ocasiones la organización.
Los motivos de la última detención no se revelaron hasta el 20 de noviembre de 2019, cuando el diario oficial ‘Granma’ informó de que Ferrer fue arrestado “en respuesta a la denuncia presentada por un ciudadano cubano” que le acusaba a él y a otros tres hombres “de haberlo secuestrado durante toda una noche y propinado una severa golpiza”.