(Reuters) – Una vez al mes durante la última década, Pepe Casanas, un agricultor cubano de 78 años, ha cazado un escorpión para picarse, prometiendo que el veneno resguarda sus dolores de reumatismo.
Su remedio natural ya no se ve como muy inusual aquí. Investigadores en Cuba descubrieron que el veneno del escorpión azul, cuyo nombre científico es Rhopalurus junceus, endémico de la isla caribeña, parece tener propiedades antiinflamatorias y de alivio del dolor, y puede retrasar el crecimiento del tumor en algunos pacientes con cáncer.
Mientras que algunos oncólogos en el extranjero dicen que se necesita más investigación para poder respaldar adecuadamente tal afirmación, la firma farmacéutica cubana Labiofam ha estado usando veneno de escorpión desde 2011 para fabricar la medicina homeopática Vidatox.
El remedio ha demostrado ser popular. El director comercial de Labiofam, Carlos Alberto Delgado, dijo a Reuters que las ventas aumentaron un 10 por ciento anual. Vidatox ya vende en alrededor de 15 países en todo el mundo y actualmente está en conversaciones con China para vender el remedio allí.
En Cuba, donde decenas de miles de pacientes han sido tratados con Vidatox, cada vial cuesta menos de un dólar. En el mercado negro en el extranjero puede costar cientos de veces más: se ve que los minoristas en Amazon.com los venden por hasta $ 140.
“Puse el escorpión donde siento dolor”, dijo Casanas mientras demostraba su alivio casero del dolor con un escorpión que encontró debajo de una pila de escombros en el terreno que cultiva en la provincia occidental de Pinar del Río, en Cuba.
Después de apretarlo lo suficiente, lo picó y él hizo una mueca.
“Me duele por un tiempo, pero luego se calma y desaparece y no tengo más dolor”, dijo.
Casanas, un ex agricultor de tabaco de piel curtida que ahora cultiva principalmente frijoles para su propio consumo, dijo que a veces guarda un escorpión debajo de su sombrero de paja como un amuleto de la suerte. Le gusta la sombra y la humedad, dice, así que simplemente se acurruca y duerme.
En un laboratorio de Labiofam en la ciudad sureña cubana de Cienfuegos, los trabajadores vestidos con matorrales y redecillas para el cabello atienden a casi 6,000 escorpiones alojados en contenedores de plástico alineados en filas de estanterías de metal.
Cada pocos días alimentan y riegan los arácnidos que se sientan en un lecho de pequeñas piedras. Una vez al mes, aplican una sacudida eléctrica de 18 V a sus colas utilizando una máquina artesanal para activar la liberación de unas gotas de veneno.
Luego, el veneno se diluye con agua destilada y se agita vigorosamente, lo que los médicos homeópatas creen que activa su “energía vital”.
Los escorpiones son atrapados en la naturaleza ya que los trabajadores de Labiofam creen que su veneno, que no es peligroso, no es tan potente cuando se crían en cautiverio.
Después de dos años de explotación en el “escorpionario”, son liberados nuevamente en la naturaleza.
El Dr. Fabio Linares, jefe del laboratorio de medicina homeopática de Labiofam que desarrolló la medicina, dijo que Vidatox estimula los mecanismos de defensa natural del cuerpo.
“Después de cuatro a cinco años (de tomarlo), el médico en el que me atendí me dijo que mi cáncer no había avanzado”, dijo el paciente cubano José Manuel Álvarez Acosta, quien fue diagnosticado con cáncer de próstata en 2008.
Aún así, Labiofam recomienda Vidatox como un tratamiento complementario y dice que no debería reemplazar a los convencionales. (Reporte de Sarah Marsh, edición de G Crosse)
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