LA HABANA (AP) – El primer ministro ruso, Dmitry Medvedev, llega el jueves a Cuba, que durante mucho tiempo fue el principal aliado de la ex Unión Soviética en América Latina. La visita es vista por algunos como la confirmación de una nueva cercanía en un momento en que la isla atraviesa una nueva crisis económica bajo la nueva presión de los Estados Unidos.
Aquí hay un vistazo a la visita y los cambios en sus relaciones:
¿Qué se espera de la visita?
Los cubanos están buscando la visita de dos días para lograr acuerdos que beneficien a los sectores de petróleo y transporte de la isla, dos áreas más afectadas por la crisis actual.
Una declaración del gobierno ruso esta semana señaló que los países firmarán acuerdos y acuerdos comerciales, aunque no se dieron detalles. Rusia es uno de los socios comerciales más importantes de Cuba, después de Venezuela, China, España y Canadá.
Medvedev, que está haciendo su tercer viaje a Cuba, tiene previsto reunirse con el presidente cubano Miguel Díaz-Canel, recorrer un proyecto energético en las afueras de la capital y ver trabajos de restauración en el emblemático capitolio de La Habana, cuya cúpula dorada llegó gracias a una donación. de Moscú.
¿EN QUÉ CONTEXTO VIENE EL VIAJE?
Aunque se programó con bastante anticipación, la llegada de Medvedev coincide con un endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos contra Cuba. Una medida reciente fue la creación de una lista negra de compañías navieras para castigar a las que entregan petróleo.
Cuba produce alrededor de 42,000 barriles de petróleo al día, pero tiene un déficit diario de 62,000 barriles que es llenado principalmente por Venezuela, también un socio cercano de Rusia.
La escasez ha provocado desde mediados de septiembre largas filas en las estaciones de servicio, problemas con el transporte público y un mayor uso de vehículos impulsados por animales. También ha habido una escasez prolongada de alimentos y otros bienes.
El objetivo declarado de Washington es sofocar económicamente a la isla, presionando por un cambio en el sistema político de Cuba y, además, socavar al gobierno socialista de Venezuela de un aliado.
¿CUÁL ES SU RELACIÓN COMERCIAL?
Se espera que el comercio entre los dos países alcance los $ 500 millones en 2019, dijo el viceprimer ministro ruso Yury Borisov en septiembre.
En ese momento, se anunció que ambos gobiernos firmarían una “hoja de ruta para modernizar el sistema energético” de Cuba. Aparentemente, entre los planes figuraba un contrato mediante el cual Cuba reduciría en un tercio sus compras de suministros de petróleo al exterior, informó la agencia de noticias Sputnik. También se habló de un acuerdo que involucra tres plantas termoeléctricas de la isla.
Otra área para la participación rusa es la agricultura, un sector cubano que fue un pilar del comercio con la Unión Soviética en los años setenta y ochenta. La isla necesita importar maquinaria para el riego y la cosecha, así como equipos y suministros pesados.
En septiembre, se formó la primera empresa mixta cubano-rusa para la fabricación de materiales de construcción, que se ubicará en la zona comercial especial de Mariel al oeste de La Habana.
Andrei Slepniov, director del Centro de Exportación de Rusia, dijo el miércoles a Sputnik que otros proyectos en estudio incluyen la modernización de la compañía ferroviaria estatal de Cuba y el mantenimiento de la flota de aviones rusos volados por Cubana de Aviación.
¿CÓMO HAN SIDO LAS RELACIONES ENTRE LA HABANA Y MOSCÚ?
Cuando Estados Unidos impuso su embargo a Cuba en la década de 1960, la nación caribeña fortaleció su alianza con la Unión Soviética, que se profundizó aún más cuando el gobierno de la isla se proclamó comunista.
Cuba obtuvo todo tipo de bienes mediante acuerdos preferenciales, desde maquinaria pesada y textiles hasta petróleo y vehículos. A cambio, la isla proporcionaba azúcar. Miles de profesionales cubanos fueron educados en la Unión Soviética. Todavía es común encontrarse con isleños que hablan ruso y ven los autos Lada y Moskvich retumbando por las calles.
Sin embargo, después de la caída de la Unión Soviética en la década de 1990, la ayuda de Moscú desapareció y Cuba entró en una profunda crisis. El distanciamiento fue radical y dejó una deuda de $ 35 millones que Cuba se negó a reconocer, argumentando que la Unión Soviética ya no existía.
En los últimos años, se restablecieron contactos y lazos comerciales. En 2014, el presidente Vladimir Putin perdonó el 90% de la deuda impaga de Cuba y convirtió el resto en financiamiento para las exportaciones rusas a la isla.
Andrea Rodríguez en Twitter: www.twitter.com/ARodriguezAP